¿Sois foodies? Si tú y tu pareja sois sibaritas de la gastronomía, deberíais celebrar vuestra boda en un restaurante.
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La gastronomía está de moda. Cada vez hay más personas que se auto definen como ‘foodies‘ o locos por el buen comer que disfrutan con productos y platos de calidad elaborados con mimo. Que aprecian las tradiciones de otros países y a las que les gustan probar recetas nuevas.
La boda de un sibarita del universo de la comida podría ser perfectamente en un restaurante. Una celebración alejada de lo clásico y lo típico. Un nuevo modus operandi en el mundo de las fiestas nupciales enfocado en el menú y en deleitar a los invitados –¿a quién no le hace feliz un buen plato?–.
Por si acaso, si se decide celebrar la boda en un restaurante, hay algunas cosas que se han de tener en cuenta:
La comida
Se trata del principal factor decisivo para elegir un lugar u otro para la celebración de bodas: la comida. Es una oportunidad para dar un paso adelante con respecto a la tarifa estándar, así como para compartir un sitio especial con familia y amigos. No hay que tener miedo a la creatividad. Si es un italiano, lo mejor es decantarse por varios tipos de pasta. Si es sushi, una selección de los más originales.
¿Una cosa a tener en cuenta? Postre. Si el restaurante tiene un chef de repostería interno, es posible que no se pueda traer un pastel de bodas tradicional de un repostero externo. Si es así, se deberá elegir un postre de los que tengan en el restaurante (consejo: que sea casero).
El precio
Una boda en un restaurante puede ser más asequible. El precio dependerá en gran parte del espacio que se use y del menú. También hay muchos restaurantes que ya cuentan con tarifas establecidas para eventos, fiestas y bodas. Si se trata de una boda más pequeña y el lugar tiene un comedor privado o más de un área de comedor, es posible que el lugar no cierre en exclusividad si no que dejen reservado uno de esos espacios, lo que permitirá que el restaurante funcione como siempre.
La decoración
Lo bueno de celebrar la boda en un restaurante es que no es necesario invertir mucho –o casi nada– en decoración. Solo en flores, centros de mesa y algún detalle.
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