La Granja de Esporles es uno de los espacios con mayor encanto para bodas dentro de las Islas Baleares y su bella mansión del S.XIX un placer para la vista.
Situada a 15 km. de Palma, en plena Sierra de Tramuntana, La Granja de Esporles es conocida como el museo de la tradición y la historia de Mallorca y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en la categoría de paisaje cultural.
Conoce La Granja de Esporles, un paraíso natural en Palma de Mallorca
Una bella mansión del S. XIX rodeada de frondosa vegetación, bellos jardines, fuentes naturales y un precioso puente. La Granja de Esporles es el lugar ideal para celebrar una boda original, con encanto, diferente y especial en uno de los enclaves más espectaculares de la isla.
Rodeada de frondosa vegetación y bellos jardines, alterna estancias con encanto de la época con zonas ajardinadas.
Este espacio ofrece todos los servicios necesarios para que la organización de tu boda se realice de la manera más sencilla. Cuenta con un responsable de coordinación y asesoramiento del evento que se ocupará de todos los detalles y el correcto desarrollo de la ceremonia, encargándose además de la decoración floral y de las minutas del menú.
¿Lo mejor? Su mansión del siglo XVII. Podrás disfrutar de los salones de una finca señorial histórica (con capacidad de hasta 300 invitados) y de sus impresionantes jardines y paseos con espectaculares vistas a la sierra de Tramuntana, donde se pueden oficiar bodas civiles y disfrutar de un agradable cóctel.
Además, sus exclusivos y personalizados menús están para chuparse los dedos. La Granja de Esporles cuenta con un restaurante que sirve platos típicos mallorquines, así como platos de cocina internacional. Diseñan menús y cócteles personalizados y ofrecen una prueba de degustación para 2 personas.
Mención especial merece su museo etnográfico y la variada muestra de animales típicos de granja de los que dispone. La visita a La Granja permite conocer las actividades agrícolas tradicionales, el palacio, los patios y los emblemáticos jardines de la posesión. Los visitantes también pueden observar como realizan su trabajo los artesanos, degustar vinos y frutos secos y conocer el baile tradicional mallorquín.