Pronovias lanza su nueva colección atelier
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El pasado sábado se celebró en la capilla del Palacio de Liria, la boda entre Fernando Fitz-James Stuart, nieto de la Duquesa de Alba, y Sofía Palazuelo. Fue en el mes de abril cuando anunciaron su compromiso y por fín la pareja ha podido cumplir su sueño.

 

Se conocieron en el College for International Studies en primero de carrera pero no fue hasta tres años después cuando comenzaron su relación, cuando se encontraban estudiando en Massachusetts. El primogénito del Duque de Alba y Sofía Palazuelo se dieron el ‘sí, quiero’ ante más de 600 invitados, en los jardines del Palacio de Liria.

La boda reunió a lo más granado de la sociedad. Entre los invitados podíamos encontrar a la Reina Sofía, en representación de la Casa Real Española, al príncipe Pierre d’Arenberg, los marqueses de Griñón, Esperanza Aguirre o Íñigo Méndez de Vigo. Teresa Sartorius y Pablo Trapote, amigos de la novia, tampoco se perdieron este enlace.

Quien sí se lo perdió fue el padre de Sofía Palazuelo. Tras la quiebra de la empresa que tenía en Palma de Mallorca y las acusaciones por estafa, Fernando Palazuelo viajó a Perú en 2008, donde tenía otra familia y dejó a Sofía Barroso y a sus cuatro hijos. En ese momento, Barroso y sus hijos se mudaron a Madrid y al parecer la relación entre Sofía Palazuelo y su padre cambió por completo.

Pero a pesar de que había importantes invitados y también importantes ausencias como la de Doña Cayetana de Alba, Sofía Palazuelo quería una boda sencilla y discreta. Quizás es por eso por la que la novia quiso romper con la tradición de la Casa de Alba y no llevar ninguna de las diademas que pertenecieron a la abuela de Fernando Fitz. Este escogió el rojo característico de la chaqueta , con brillantes galones y un sombrero de plumas que daba una mayor muestra de poder a una boda con gran relevancia dentro de la nobleza española.

Sofía optó por llevar un tocado de la diseñadora de sevillana Teresa Briz y el vestido fue un diseño de su tía Teresa Palazuelo. Un vestido desmontable en organza blanca pura, de manga corta, en forma de A y con escote en V. Abotonado a la espalda, Sofía eligió una larga capa que salía de los hombros en lugar del tradicional velo.

El encargado de realizar el casamiento fue Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, confesor de Cayetana de Alba. Tras el enlace llegó uno de los momentos más esperados: el baile y la celebración. Los novios se decantaron por deleitar a sus invitados con un vals.

La empresa A-típica fue la que se encargó de la organización del evento, las flores fueron de la empresa Floreale y el catering de Ciboulette, un menú sencillo que constó de tres platos: ensalada de bogavante y langostinos con verduritas mediterráneas con mayonesa de cítricos, palurda de Breas al horno fileteada con salsa de Armagna y uvas en almíbal, acompañada de cebollitas perlas braseadas y patats paja. Para coronar el menú tarta árabe de obleas fritas con crema inglesa y almendras.

Los novios millennials comenzarán su nueva vida como marido y mujer en un piso situado a pocos metros del Palacio de Liria, un regalo de Carlos de Alba a la pareja.

 

 

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