Texto: Covadonga Martín Laso. Sergio Cueto es el fotógrafo de la luz, de la perfección. Sus fotos transmiten sentimientos, emociones… tal vez fue eso en los que se fijaron Raquel y Eduardo, los protagonistas de este post a la hora de elegirle como fotógrafo para su boda. “Encontramos a Sergio por Internet. Nos gustó mucho su estilo y contactamos con él. El resultado fue un reportaje fotográfico lleno de imágenes preciosas y muy emotivas” afirma Raquel.
Estos novios, ella asturiana y él madrileño, se conocieron durante sus estudios universitarios en Madrid. Fue Asturias el lugar elegido para darse el “Sí, quiero”. El Parador de Cangas de Onís fue el escenario de la ceremonia religiosa y posterior banquete nupcial. Ensalada de bogavante y merluza de pincho a la sidra fue parte del menú que eligieron. Un menú que hacía un guiño a la tierra, con productos de temporada y materias primas locales. Delicias gastronómicas propias de la cocina de Paradores. ¿Lo más de lo más? El escanciador de sidra que hizo las delicias de los invitados madrileños. Un acierto.
El estilo de la novia.
Raquel eligió un vestido de cortes sencillos de la firma Rosa Clará. “Tenía claro que quería ese vestido”. Estaba confeccionado en un piqué de seda y rematado con bordados en pedrería en hombros, cinturón y en los lazos del escote en la espalda. Para los zapatos, Raquel optó por unos de Magrit. Preciosos y muy cómodos. La mantilla la compraron en Granada. Raquel tiene un estilo muy natural y eso mismo fue lo que quiso transmitir el día de su boda. Un maquillaje muy natural y el pelo suelto, luciendo los impresionantes rizos que tiene. El ramo de novia era un bouquet de flores diseñado por la floristería Mil en Rama. El rosa y el blanco fueron los colores elegidos para su composición.
Los detalles de la boda de Raquel y Eduardo
Muchos guiños a la tierra de la novia hicieron de esta boda, un evento muy especial. Los padres de Raquel quisieron dar una sorpresa a los novios contratando a una pareja de gaiteros a la salida de la ceremonia religiosa. Un detalle precioso y muy emotivo. Además del escanciador, la pareja obsequió a sus invitados con detalles típicos asturianos como unos vasos de sidra y unos colgantes de azabache típicos de la zona llamados Cigua. Además, Raquel quiso poner otro punto asturiano en su cermonia. Las arras llegaron en unas madreñas (calzado típico asturiano).
Las fotos postboda
Dos días después de la boda, Sergio Cueto les propuso hacer una sesión fotográfica post boda en una playa cercana, en la preciosa y salvaje playa de Rodiles. Unas fotos llegas de romanticismo y estilo. Los encuadres, el color, la luz… todo es absolutamente perfecto. El atardecer en la playa es siempre evocador y muy apetecible para fotografiar…
